Quémame dijo. Y subió el brazo hasta dejarlo a la altura de mis ojos.
-Quémame, vas a ver que no grito, dale quémame; quémame pero no te vayas.
Odie que me gustara tanto
odie que estuviera tan borracho
odie su mirada de desamparo
y odie que me excitara esa mezcla de ternura y desconfianza
odie la mugre debajo de sus uñas
odie no tener el coraje de amar o de quemarlo.
Juntos fuimos un grano de sal gruesa debajo de la lengua
como dos babosas nos diluimos subiendo la tensión dejando el ardor y alguna llaga.
odie que estuviera tan borracho
odie su mirada de desamparo
y odie que me excitara esa mezcla de ternura y desconfianza
odie la mugre debajo de sus uñas
odie no tener el coraje de amar o de quemarlo.
Juntos fuimos un grano de sal gruesa debajo de la lengua
como dos babosas nos diluimos subiendo la tensión dejando el ardor y alguna llaga.
Le di la última pitada al cigarrillo lo tiré, pego contra el cordón
un montón de chispas brillantes y naranjas salieron despedidas.
un montón de chispas brillantes y naranjas salieron despedidas.
Me fui. Lo deje gritando.
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