y si todos los días parecen domingo
habrá que crear un refugio contra ese bombardeo de penas
levantar muros que nos salven de nosotros mismos
a la hora de los lobos
y macerar el hígado en alcohol
hasta que pasen los primeros atardeceres después del amor
caminar entre las ruinas hasta volver a sonreír
o hasta que Morrissey nos invite a tomar un té.
lunes, 12 de junio de 2017
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