poemas que como luces de una autopista, quedan ahí mientras te alejas....

lunes, 29 de junio de 2015

tetas

La mordida
carolesta

Apoyé las tetas contra los azulejos blancos
dejé caer todo el peso de mi cuerpo desnudo sobre las tetas
el frío alivió un poco el ardor del pecho
la mordida del final
la mordida.
Antes de entrar en la ducha mis pezones ardían el fin
siempre ardieron ahí finales y principios.
La primera vez que amamanté sangraron
pero ahora están vacíos 
nada brota ni busca alimentarse para sobrevivir.
Apoyados en el frío blanco sosteniéndome caer
mis pezones.
Amamanté a mi hijo mordiendo una toalla sin rendirme
el dolor era tan dulce y tan cruel
casi como esto que sentimos ahora vos y yo.
Anoche me abrazaste y te agarré muy fuerte de los hombros
sentí una aguja clavarse en mi ombligo
como algo que retorna que vuelve
huella sobre huella
cicatriz sobre cicatriz y alimento
vos y yo y todo lo que fuimos
en un punto en una perla en un chasquido en un agujero
yo mujer y ombligo tetas
todos los principios y todos los finales.
Me despego lentamente de los azulejos
el vapor de mi cuerpo quedó impreso en la pared
ahí dejé una parte de tristeza hecha sudor.
Estarás vistiéndote mientras esperás que yo salga de bañarme
vistiéndote a millones de kilómetros acá en mi cuarto
mirando por la ventana
te escucho cambiarte a miles de millones de galaxias de distancia
te escucho
sé que intentás escucharme
te preguntás por qué aún no abrí la canilla y por qué no estoy cantando
¿son siempre en silencio los finales?
Abro el agua y miro cómo cae desde arriba.
Recuerdo las otras veces que ardieron mis pezones
con un ardor de piel blanca quemada por el sol un mediodía de verano
ardor rojo quemando hasta la médula
imposible soportar la ropa y el agua
imposible soportar la piel los padres la arena los deseos los hermanos.
Un verano sentí un ardor así
mis pezones recién empezaban a asomarse y a doler
dos bolitas de repente dolían debajo de la piel y la remera
me indispuse ese verano un mediodía
mi madre lloró me dijo ya sos una mujer
una mujer una mujer una mujer una mujer me dijo ya sos una mujer
escuché y no supe qué sentir
no supe qué sentir como ahora como hoy
un mediodía una mujer me dijo mujer
sentí en los pezones que terminaba la niña.
Me enjabono buscando  la mordida
que a vos y a mí y quien sabe a otros nos hizo anoche el destiempo
debajo del agua cierro los ojos y lloro
es un lugar común tratar de disimular el llanto bajo el agua
los finales y la muerte nos hacen a todos casi iguales.
Sé que estás sentado en mi cama revisando tu teléfono
sonreís y movés tus piernas sin parar.
Sé también que te arde algún costado y que vas a intentar que no lo note
vas a negarme la mordida, pero yo sé.
Durante la noche hicimos varias veces el intento del amor
nos dejamos caer contra el cuerpo que ya no se tiene
nos abrazamos al abrazo que ya no se da ni se soporta
un inmenso agujero tragó todo todo todo hasta las sombras y la sombra
nos besamos tratando de saltear los días sin besarnos
las otras lenguas que hubo entre nosotros
nos besamos las orejas hablándonos muy bajo
susurramos desesperadamente
intentamos recordar la voz de un muerto
anoche tu lengua erizaba mis pezones sin romperlos
tu lengua hizo memoria en mi cuerpo y en el tuyo
tu lengua y la mía 
¿qué sonido hace el placer de un amor que se está yendo?
nuestros cuerpos no habían olvidado nada, nada
pero ya no recordaban
y nosotros puestos uno sobre el otro
uno contra el otro
nos refregamos intentando recordar cada dulzura
cada poema  cada sol
cada noche antes de la mordida
¿cuántas noches se tarda en dejar de ser recuerdo?
Limpio el vapor del espejo me veo me miro
se nota que lloré
abro la puerta muy lento igual hace ruido.
Salgo del baño con una toalla alrededor del cuerpo
chorreando
dejo el dibujo de mis pies en el piso.
A los dos nos sorprende el silencio.
Son en silencio los finales.
Me abrazás
apoyo mi cabeza en tu hombro
y entro en tu pecho hueco enorme
no logro que mi cuerpo se deje caer sobre vos
contra vos
terminaron de romperse
estos pedazos que éramos
somos caleidoscopios
estrellados y deshechos.
Sé que ésta es la última mañana
sangramos y reímos igual reímos vos y yo siempre reímos 
esquivamos hablar de la herida
chocarnos las bocas de frente
insistir en comernos con los dientes rotos.
Te vas para siempre.
Se van mis tetas impresas en tus manos grandes.
Me quedo con tu huella digital en la frente.
A partir de esta noche seremos
vos y yo

otro ardor de final en mis pezones.

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